¡Buenas a todas!
Estamos seguras que a todas os ha pasado alguna vez, que al sacar vuestras botas del armario para la temporada de invierno la piel de dentro de las botas se encontraba deterioradas, la piel se había despegado o roto. No os alarméis, os vamos a ayudar a ponerlas listas otra vez.
Para ello, lo primero que tenemos que hacer es eliminar toda la piel de la zona afectada. Para que el forro quede bien limpio, aconsejamos rasparlo un poco hasta que quede bien liso el forro.
Seguidamente, tenemos que elegir una tela del color de las botas u otra que combine a la perfección con nuestras botas. Nosotras hemos elegido una con estampados en tonos marrones a cuadros, simulando piel de algún felino.
Tomamos la tela y cortamos el ancho de la tela que necesitemos, le hemos un sobladillo por ambos lados y le pasamos la plancha para que quede marcado. Un vez que tenemos marcados el dobladillo, lo pegamos con un poco de silicona caliente y la extendemos con cuidado para eliminar el exceso y para que no traspase la tela.
Seguidamente, comenzamos a pegar la tela a la bota. Empezamos por un extremo, doblando la tela y pegándola para que encaje con silicona liquida, de igual manera, entendemos la silicona para que no traspase la tela. Poco a poco vamos pegando y dejando secar la silicona. Podemos ayudarnos con unas pinzas de la ropa para ir pegando y sujetando la tela a la bota. Y ya tenemos listo una bota!
Aquí se ve el antes y el después.
También podemos aprovechar y personalizar la bota a nuestro gusto. Nosotras le hemos añadido, con un trozo de retal un lazo alrededor de la bota y, finalmente, nos ha quedado así de bien!
Todas manos a la obra y a estrenar nuevamente botas.
Agradecemos una vez más la colaboración de Rosalía.
¡Nos vemos en la siguiente entrada!
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