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7 de noviembre de 2016

Pollito asado con limón y especias.


Buenos días de martes, parece que ya se ha metido un poco el frío, gritemos todos juntos ¡Aleluya!

Podemos empezar a estrenar la ropa de invierno y a comer cositas que nos hagan entrar en calor. Es por eso que hoy queremos compartir esta receta, que aunque es muy sencilla, es muy apropiada para éstas fechas ya que sus ingredientes nos ayudan a activar el calor dentro de nuestro cuerpo y al mismo tiempo protegen nuestro sistema inmune de las inclemencias de los cambios de temperatura.

¿Y eso cómo?.. Os preguntaréis, bien...Pues entre los ingredientes que necesitamos para elaborar la receta, contamos con un montón de especias que valen su peso en oro y que tienen  propiedades geniales.

INGREDIENTES:

-Un pollo entero
-Una lata de leche de coco
-Aceite de oliva
-Vino blanco
-Pedro Ximénez
-Jugo de dos limones
-Caldo de pollo o en su defecto un cubito de caldo (no nos gusta mucho porque contiene mucho glutamato, pero bueno, si vas apurada de tiempo, tampoco pasa nada).
-Sal
-Y aquí van las reinas del mambo:
 Pimienta
 Cayena
 Jengibre
 Curry
 Cúrcuma
 Clavos
 Romero en rama y tomillo.

PREPARACIÓN.

Muy sencillo:

1. Pre-calentar el horno a 200 grados  y en una bandeja de horno con fondo ponemos el pollito. Mezclamos en un vaso el aceite de oliva, el zumo de los limones, la sal y todas las especias, menos el romero y el tomillo en rama, que vamos a meter por el culillo del pollo para que queden dentro del caparazón dando todo su sabor durante el horneado. Reservamos.

2. Una vez tenemos el pollo colocado vertemos la lata entera de leche de coco y el caldo de pollo, rociando bien la carne, y quedando el pollo como en una piscina (que no llega a taparlo entero, claro).

3. Untamos todo el pollo, por delante y por detrás, con la mezcla de aceite de oliva, limón y especias, impregnando bien todos los recovecos (lo mejor es hacerlo con las manos).

4. Rociamos sin miedo con el vino blanco y el Pedro Ximénez y ya lo tenemos listo para hornear.

El tiempo depende de cada horno pero para que quede crujiente por fuera y doradito son necesarias unas dos horas, dando la vuelta al pollo a la mitad del tiempo de horneado para que se haga bien por ambas partes.

En la última media hora podemos subir los grados a 250 para darle el toque final.

Haciéndolo de esta manera la carne queda blandita y jugosa por dentro y por fuera muy dorado y crujiente.

Solo queda servir y acompañar con todo el jugo mágico que se ha ido formando en el fondo de la bandeja y ha formado una salsa exquisita y llena de propiedades.

¡A disfrutar!

Feliz semana =)


  


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